Desvirtualización : el hotel de dos y cuatro estrellas

La noche pasó volando,sin pensar demasiado en esa palabra llamada desvirtualización,palabra muy nueva, siempre he pensado que lo del social media no me pega pero precisamente esta persona a la que iba a dejar de conocer en vesión online tras mucho tiempo, muchas conversaciones, compartir ideas, sensaciones, experiencias, pensaba todo lo contrario.

siempre me arrastraba a seguir en esto, a que me conociera, que a estas alturas no lo había hecho, aún seguimos inmersos en ese proceso, y hoy tras ese tiempo y ya con calma voy a hablar aquí de eso.

Justo esta tarde leía un post sobre la expectativa que genera un producto o un servicio, ese miedo a que el cliente luego descubra que o bien no es oro todo lo que reluce o que quizá lo malo no es tan malo, es como ir a un hotel de 4 estrellas o a uno de 2, del 4 estrellas esperas todo perfecto y al menor error ya ha tirado por tierra la sensación de calidad del servicio , mientras que el de 2 con cualquier detalle que se salga de lo que se espera de él ya hace que digas, contra, ha estado genial, algo complejo ¿verdad ?  pues así era la sensación, tanto de mi misma como de la ciudad, Granada, a la que intento acercar a todos aquellos que me soportan en las redes sociales, nos veía a ambas ante esta persona como ese hotel de 4 estrellas, un loco que a estas alturas me sigo preguntando que de donde se ha generado  esa expectativa, creo que siempre quedará sin respuesta mi pregunta.

Así que los dos compitiendo por ese puesto de hotel de calidad, en medio, el escenario de una presentación de una agencia de viajes, un pequeño amago de visita a la ciudad y mucho que contar.

A base de pelear logré rebajar el listón, pues como ya he comentado en alguna que otra publicación, ya que no sigo dando guerra para un reconocimiento oficial pero si para una normalización de todas aquellas enfermedades causadas por un problema genético, la mia, un síndrome de turner, a la que debo entre otras cosas unos pies poco dados al esfuerzo físico y una pérdida de audición neurosensorial detectada no hace mucho, y que ando en proceso de asimilar, un no aliado cuando estás tan loco como para meterte en un departamento de reservas y tienes que tratar con llamadas de todo tipo, en otro idioma, con algún que otro ruido de fondo, unos códigos que escuchas  mal y luego resulta que después del agobio es que no estaban dados de alta, una experiencia sin duda enriquecedora y que volvería a repetir, pues con todo esto y mis quejas, que no son quejas, son digamos que no quiero ser hotel de 4 estrellas abarrotado de gente, prefiero el pequeño y tranquilo y humano, esa fidelización de cariño, respeto y sinceridad, son palabras que digo sin miedo a equivocarme provocadas por esta persona.

Todo esto implica para mí ese momento en el que dejas de ser 2.0 para ser persona de carne y hueso, y esos nervios de comprobar si el feeling que te hace sentir esa persona será el mismo, por suerte Miguel me regaña por ser insegura , yo lo llamo más bien la osada y complicada tarea de no querer pintar la habitación vieja, tapar esa gotera, ocultar que el hotel está en pleno centro de la cuidad y justo debajo de la habitación hay un bar, por lo que me aseguro, de alguna manera, que ya que reservó por tanto tiempo mi habitación cuando la vea se asimile a lo que intento contarle, pues lo de explicarme me cuesta, más cuando no sabes por donde empezar, cosa que a él  es todo lo contrario, es el mago de la palabra, le justa jugar con ella, me dijo aquella navidad del 2012 cuando comenzamos a intentarlas unir para que algo de provecho saliera.

Y algo de provecho ha salido, que vale más que el dinero, tomemos el camino que tomemos siempre, espero que me haga un poco de caso, siempre tendremos esos momentos de conversación, de quemarnos la sangre, tirarnos unos me gustan por la cabeza, hasta me ha enseñado a decir no me gusta o como ayer me dijo, escupirle sus propias palabras a la cara, si he logrado eso, ya me doy por satisfecha.

Un día inprovisado, aún recuerdo cuando me dijo nos vemos en Granada y yo pensaba que era para  ver como reaccionaba, una broma, que espero pronto se repita y volverle a ver en Granada.

 

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